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Santa Comba es tierra de emigrantes y también tierra de emprendedores. Uno de estos fue Manuel García Amigo que en el año 1930 decidió montar una pequeña empresa de transporte de personas. El hijo que no quiso estudiar (al contrario que sus hermanos), era listo, decidido y trabajador.
Con 400 de las antigüas pesetas compró un autocar de los que tenían compartimentos, los que iban delante pagaban más que los que iban detrás. Además de transportar personas, Manuel García era el encargado de traer el correo a Santa Comba, pero también era quién acompañaba a los médicos en sus visitas y esto lo hacía sin cobrar nada por el servicio.
En la posguerra la escaseza de gasolina provocó una crisis importante pero el ingenio de este luchador hizo que encarase la situación de manera positiva utilizando gasógeno, de este modo la mayoría del tiempo el motor funcionaba con leña y cuando lo necesitaba utilizaba la gasolina. Su mujer le ayudaba levantándose todos los días a las 5 de la mañana y entre los dos calentaban la leña para tenerla preparada para el camino.
Años después la empresa fue guiada por su hijo José García. En esta época García tenía varios servicios discrecionales de ferias, llegando a hacer 17 ferias al mes, entre ellas las de Santiago de Compostela los Jueves y las de Negreira todos los domingos. También en esta época empezaron a realizar servicios escolares.
La competencia desleal y alguna que otra traba administrativa estuvieron a punto de hacer que esta gran empresa fuera a la quiebra, pero el esfuerzo y la gran ayuda que recibieron por parte de familiares consiguieron que saliera fortalecida.